DE ÓXIDO Y HUESO

Película  altamente recomendable y franca que nos habla de los avatares de la vida y cómo hay que enfrentarla (a puño limpio) cuando no se tiene nada que perder. En este contexto, el film es la metáfora de ello, visto a través de Stephanie (Marion Cotillard) y  Alain (el actor Matthias Schoenaerts).

De manera que ambos personajes brindan la opción de sentirse uno hablando con uno mismo, sobre lo que importa a la larga la vida, a pesar de sus "sinsabores" (prefiero no cometer "spoilers"). Y es que el cineasta Jacques Audiard lo hace con una cámara firme, sin resentimiento y con una puesta en escena marcada por la ausencia de tapujos en personajes igualmente sinceros.

El guión luce fresco en todo su metraje, y es de esas historias que te dejan pensando algo, después de haberla visto proyectada en la pantalla. Así de categórica son sus imágenes cargadas de un verismo a tope, en una película que cumple los criterios del melodrama hasta el último minuto.

Gonzalo Restrepo Sánchez
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