El reciente film de Robert Zemeckis (que supone su primer largometraje de
acción real desde “Cast Away”, 2000), resalta por la destacada actuación de su protagonista, el
doblemente oscarizado Denzel
Washington, por su papel Whip Whitaker, un piloto que tras ser
encumbrado por conseguir aterrizar el avión que capitaneaba, es cuestionado
hasta descubrirse que sus problemas con el alcohol y las drogas fueron los
causantes del mismo accidente.
De todas formas, me
parece un film menor en la filmografía de Robert Zemeckis, donde destacaría los
primeros 20 minutos, poniéndonos en alerta sobre lo que podría suceder más adelante. Pero, no, el film en
sus más de dos terceras partes, luce aburrido, sin interés en una trama, de la
que casi todos los espectadores anticipan lo que le sucederá al piloto.
Lo bueno del cine, es
que te da la oportunidad de reivindicarte, esperemos que el próximo film, sea
más acertado no en lo que quiere dejar como mensaje, sino que tenga otra
disposición en aspectos estrictamente cinematográficos (atención a los
guiones), como para que el espectador, siempre se sienta sorprendido.
Gonzalo
Restrepo Sánchez
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