viernes, 2 de noviembre de 2012

A CHORUS LINE


Realmente pienso que este fue el último musical (obra teatral que se estrenó por allá por 1975, importante en la historia del cine norteamericano. El cineasta Richard Attenborough logra en perfecto timing, señalarnos con la cámara lo deseos de aquellos a quienes por un instante de gloria están destinados más allá de las consideraciones de un terrible Zach (Michael douglas).

Recordar hoy este film implica revisar que los conceptos del rodaje del musical siempre están sobre la consideración de coreografías inteligentes y que marcan la acción de la cámara. Estamos pues ante un film cargado de emotividad y complacencia, sobre todo por aquellos a quienes la danza les permite volar su imaginación.

Gonnzalo Restrepo Sánchez