lunes, 10 de septiembre de 2012

SHANGHAI


Fundamentalmente, este film dirigido por el sueco sueco Mikael Håfström es bueno en términos de la intriga bien diseñada en el guión. Su ambientación de los años cuarentas, pone de relieve a unos personajes creíbles. En este contexto, las caracterizaciones a mi juicio sobresalen: John Cusack como Paul Soames, Li Gong como Anna Lang Tin, amén de los personajes de los actores Yun-Fat y Ken Watanabe.

Y como el punto de partida de la intriga es la misteriosa muerte de un americano en Shanghai, los dispositivos (de la trama) resultan a la larga un destino irrevocable tras las investigaciones del señor Soames y ese fatum que caracteriza a los personajes en el sendero hacia la muerte —momento en el que se descubre la verdad. Además, día en que Japón ataca a Pearl Harbor—.

Sin lugar a dudas, este film también supone un grato reencuentro con el “cine negro” de siempre y que no es otra cosa que un estilo visual. Vemos entonces una Shanghai cuyas calles están cubiertas por la lluvia, con sus luces y sombras, las luces de neón; la música de jazz, el crimen, esos grises personajes y sus acciones, y esas “mujeres fatales” para una atmósfera angustiosa.

Gonzalo Restrepo Sánchez