lunes, 16 de abril de 2012

EL HOMBRE QUE GRITA


El Talmud dice que el hombre necesita dos cosas muy importantes, el trabajo y los amigos. Pues en cierta medida esto nos quiere decir esta cinta en su ideología, donde trabajo y amistad (aun entre padre e hijo) debe ser la meta en las condiciones de la vida que este planeta nos la haya dado. Historia, entonces intimista si se quiere ver de otra forma, atendiendo a la relación que debe existir entre un padre y su hijo: transparente. Todo para no llorar solos en la intimidad con uno mismo.

Por lo demás, este film del 2010 dirigido por Mahamat-Saleh Haroun, tiene una sencilla puesta en escena, donde la parsimonia de los personajes, nos dan la sensación de un drama brillante, pues sin altibajos en lo conmovedor y la visualización de la idea, nos aproxima también mediante metonimias a un concepto del conflicto armado en Chad.