“Somos lo que somos porque otros fueron lo que fueron”. Con esta frase, podríamos identificar la idea madre del film, que resulta verosímil en lo que a sentimientos compartidos representa para la humanidad.
Con base en lo anterior, el cineasta Alexander Payne ausculta una vez más la condición humana (excelente caracterización de George Clooney), y, nos deja como reflexión final, la valentía y humildad (la verdadera inteligencia), de perdonar hasta nuestros enemigos. Y es que si bien la historia podría resultar un drama más sobre el cuestionamiento o reflexión de la vida y la muerte; sería pertinente preguntarnos en nuestro interior si somos realmente felices o estamos en la búsqueda de ella.
En cinematográfico, una puesta en escena sencilla y sobria en el sentido de no exagerar los elementos dramáticos que desatan las lágrimas. Ya lo dijo Chaplin: “si hay algo tan inevitable como la muerte, es la vida”.
