viernes, 18 de noviembre de 2011

Habenus papam

En primer momento, este film sobre alguien que llega a ser Papa, me evocó por un instante “Las sandalias del pescador” (1968), de Michael Anderson; pero no, estamos ante un Papa que con el síntoma de lo que se denomina “Sinusitis psíquica” ( y de recordar lo que se ha olvidado), y con un miedo a olvidar su culpas (también a nosotros nos pasa, pues a la larga somos tan humanos como los Cardenales, Arzobispos y Papas), estamos ante un film que en clave de comedia, nos señala los derroteros que nos pone la vida y que siempre existe un momento, un algo, que nos impide florecer sin perogrullada, hasta que tengamos avenencia con nosotros mismos.



En este contexto, el actor francés Michelle Piccoli encarna a un recién nombrado Papa, para mostrar lo más mínimo de un ser humano, cuando de poner los puntos sobre nuestras íes (aspectos reales de la vida) se trata. Y es aquí cuando me muerdo la lengua para no cometer spoilers, y plantear con ejemplos de secuencias, la lectura de este bello y humano film, cargado a veces de carcajadas que surgen de la situación generada por ese nuevo Papa.

Así que el cineasta Nani Morretti, quien también actúa en la película, nos relata con elegancia y nos muestra con ironía y respeto, que no hay nadie por encima de los demás en este planeta. Que todos debemos luchar por conocer al otro (nosotros mismos quizá), para poder hablar ante los demás (metafóricamente hablando), de lo que realmente somos y percibimos de los demás.