Este es un film de Paul W. S. Anderson, que con el atractivo de tres personajes, quienes junto al joven D'Artagnan, representan en el imaginario colectivo del mundo y con el paso de los años, desde que Alejandro Dumas escribiera el libro, unos héroes invencibles y con la precisión matemática con la que el film va dando salidas esperanzadoras a sus personajes, a pesar de los enemigos archiconocidos.
Si bien la veracidad es lo que menos debemos cuestionar y aceptar que vamos a divertirnos con la mente del niño inocente, en la veracidad descriptiva con la que se nos muestra unas conductas y unos valores malsanos (pero ahí están los mosqueteros en nuestra ayuda interior sobre Richelieu y compañía), es precisamente donde late la ternura y empatía de todos a quienes consideramos los buenos y aparecen con sus espadas.
Por lo demás, excelente la caracterización, donde la mirada a veces inocente y a veces perversa de Milady (una Milla Jovovich que convence), estamos ante un film entretenido, para una tarde lluviosa en un lugar del Caribe.